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Arquitectos: Amas4arquitectura
- Área: 4459 m²
- Año: 2010
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Fotografías:Pablo Guillén Llanos & Fernando Zaparaín
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Proveedores: Geo Hidrol
El Club Deportivo Niara necesitaba un lugar propio para sus actividades. Después de encontrar un lugar adecuado en un lugar fácilmente accesible, en un barrio periférico residencial con baja densidad de población, la Fundación Schola decidió concentrar un gran número de sus actividades en un solo edificio, cumpliendo una serie de requisitos complejos que incluyen un espacio educativo y recreativo para los niños en dos etapas diferentes de desarrollo -"pequeños" y "grandes"; una zona separada para las reuniones y actividades de los padres, un área para oficinas, una zona residencial y un bloque de servicios independientes. Todo lo anterior se distribuye alrededor de la capilla que, junto con el complejo deportivo, es el núcleo del centro.
En primer lugar, ocupando el lado de la calle Barcelona -con vistas al parque público en el que se encuentra-, se decidió que la heterogeneidad y la complejidad del proyecto se reflejaría formalmente en el edificio. Por otra parte, se trató de incluir una serie de espacios abiertos, lo que podría describirse como "espacios urbanos" faltantes en la zona: es decir, un porche que conecta el camino público y la entrada al complejo, una plaza que se ha convertido en la sala principal del centro al abrir el edificio y un pequeño jardín para el relajo.
En contraste con la aparición masiva y extensiva del exterior del edificio, estos espacios han sido unidos entre sí en una cadena para permitir las vistas diagonales entre los diferentes niveles, en continuidad con los espacios interiores y exteriores y con grandes secuencias espaciales que permiten a los ocupantes ver, por ejemplo, un juego en la cancha del complejo deportivo desde la ventana del porche, la plaza o el mirador en voladizo por sobre ella. Esto se logró a través de la disposición asimétrica de las gradas en el complejo deportivo y la decisión de ubicar el patio en el sótano debido a las características geotécnicas de la trama, que eran propicias para la creación de un gran vacío en aras de la economía y la conveniencia.
Este proyecto es parte de una serie que explora la masividad liberadora del espacio. Este "espacio en blanco" en forma de extracciones o vacíos articula todo el edificio. Luz llega al interior a través de aberturas indirectas, distintivas. La estructura se compone de grandes elementos superficiales que toman la forma de recintos gruesos donde los elementos de almacenamiento, instalaciones, acondicionamiento climático y entradas de luz se han instalado. Gracias a este sistema de almacenamiento masivo de apoyo, los grandes muros de fachada se han liberado para administrar sombras y transparencias de un valor artístico único. Albañilería armada roja fue utilizada para crear un plano continuo en el que se insertan y destacan las aberturas. Una singular pieza de cerámica se utiliza para permitir ahorros en materiales y para abordar y promover el ahorro de energía pasiva, tema de mucha importancia para nosotros.